Filtros antipartículas: ¿truco o trato?

Desde el 2006 cuando se instauraron las normas anticontaminación Euro 5 y Euro 6, en los coches con motor diésel se comenzó a montar un filtro para retener las partículas contaminantes llamado FAP o DPF (por sus siglas en francés o inglés). Teniendo en cuenta que en nuestro país 7 de cada 10 vehículos vendidos son diésel, es más que probable que sepas perfectamente de lo que te estamos hablando.

El FAP es un dispositivo compuesto por una serie de tamices metálicos que filtran las partículas sólidas del gasóleo (las carbonillas que dan el color negro al aceite) y las retienen en sus paredes porosas para reducir el nivel de emisiones. Este filtro es el que evita que los vehículos con motor diesel ya no expulsen aquellas bocanadas de humo denso negro tan características, sobre todo cuando aceleraban. Una vez que el filtro está lleno, él mismo se encarga de incinerar las partículas retenidas en un proceso llamado regeneración. Para ello, cada 300/400 km aproximadamente, inyecta más cantidad de carburante del habitual logrando aumentar la temperatura de los gases de escape por encima de los 600ºC, quemando las partículas. En este proceso el consumo de carburante sube un 10/15%, el motor hace un ruido más grave y el ralentí se eleva.

El problema es que esta regeneración exige que no se pare el motor durante unos 20 minutos y requiere de temperaturas elevadas de forma sostenida (para lo que es recomendable circular por autopista). Como los recorridos que solemos hacer con nuestros vehículos generalmente son cortos y en vías urbanas, en las que la velocidad está limitada y, por tanto, la temperatura del motor no alcanza el punto necesario para la regeneración; podemos provocar que se interrumpa el proceso. Aquí es cuando empiezan los problemas. Si se interrumpe el ciclo más de tres veces, el filtro acabará obstruyéndose (se encenderá una luz de avería) no dejando que pasen los gases del escape y provocando que se reduzca la aceleración y que el motor acabe fallando. En bastantes casos, esta obstrucción se puede solucionar con una limpieza en el taller. Pero si no es así, te encontrarás con una de las averías más caras que puede sufrir un vehículo, ya que la reparación o sustitución del filtro cuesta unos 1200 euros y además también suele ser recomendable cambiar el catalizador.

Para evitar este problema muchos usuarios han optado por elegir el siguiente…

Truco

Este “truco” consiste en la anulación física del filtro antipartículas. Para ello se vacía y después se reprograma la centralita electrónica del motor para que ignore su ausencia en el proceso de combustión y escape. Cabe decir que esta práctica es ilegal y puede constituir delito medio ambiental (en la actualidad hay talleres de reparación investigados por la policía).

 

 

Anular el filtro permite que el coche funcione igual o mejor y evita la complejidad mecánica que supone la regeneración. La parte negativa es que la eliminación de este sistema anticontaminante dejará de evitar la emisión a la atmósfera de partículas de hollín cancerígenas. Parece obvio que todos queremos vivir en un mundo mejor y menos contaminado, pero lo cierto es que a la hora de la verdad muchas personas priorizan su comodidad por encima de la ética y de la salud.

La proliferación de esta práctica ha sido tan grande en nuestro país que el año pasado  la fiscalía especializada en Medio Ambiente exigió al Ministerio de Industria que aumentase los controles sobre los motores trucados ya que pese a las irregularidades que presentaban tras ser modificados, los coches sin filtro superaban la inspección técnica sin problema: el Cuerpo Nacional de Policía detuvo en Madrid a los responsables de ocho negocios que ofertaban la anulación de los filtros y después reprogramaban el “software” de los vehículos para burlar los controles medioambientales de las ITVs. Por eso ahora el Gobierno ha tomado medidas para que en dichas ITVs se detecte, corrija y sancione la retirada de los FAP con mayor dureza, llegando a considerar que puede tratarse como una reforma de importancia no homologada que provocaría una inspección técnica desfavorable.

Por tanto, para conseguir reducir la contaminación, mejorar tu salud y la de todos y para que tu vehículo supere su próxima revisión técnica sin problemas, desde PrevenControl te recomendamos que en vez de anular el filtro antipartículas, recapacites y elijas el…

Trato

O mejor dicho, el buen trato del FAP. Para evitar pasar por el taller y que éste tenga la misma vida útil que tu vehículo, te proponemos que sigas estos sencillos consejos:

  • No apagues el motor mientras se realiza la regeneración: detectar este proceso en algunos modelos es fácil ya que cuentan con un testigo luminoso que informa del mismo. En caso de que no sea así, bastará con que prestes atención a estos indicadores: durante la regeneración el motor suena más grave y hay un aumento instantáneo de combustible.
  • Utiliza un buen lubricante: los modelos con filtro antipartículas suelen emplear un aceite Low Saps (bajo en cenizas, fósforo y azufre) ideal para soportar la suciedad que produce en el aceite cuando se inyecta más carburante del necesario durante la regeneración. Este aceite es un poco más caro que uno normal, pero a la larga merece la pena usarlo.
  • Respeta el mantenimiento del vehículo: sigue el plan de mantenimiento que marca el fabricante en el manual y cumple sus plazos en las fechas indicadas.
  • Evita los trayectos cortos: durante el proceso de regeneración el filtro necesita llegar a una temperatura mayor de 600 ºC para funcionar por lo que necesitas circular durante unos veinte minutos para que éste no se quede “frío”. Habitualmente, si puedes, intenta evitar trayectos cortos y circular sólo por ciudad, ya que los coches con motor diesel pierden fiabilidad cuando se utilizan continuamente a bajas revoluciones y a menos de 60 km/h.
  • Sal de vez en cuando a carretera: cuando se circula solamente por ciudad el filtro acumula muchas partículas sólidas y como el escape trabaja a poca temperatura, el motor debe realizar regeneraciones activas cada poco tiempo. Por eso se recomienda circular por autopista cada 1000 km al menos media hora a unas 2500 rpm o 15 minutos a 3000 rpm. Si detectas una ligera pérdida de potencia, será posiblemente porque el FAP esté ligeramente obstruido. Sal a carretera y seguramente conseguirás solucionar el problema.

Sigue estas indicaciones y lograrás mantener en buen estado el FAP de tu vehículo y pasar sin problemas la ITV. Te recordamos que puedes reservar fecha para pasar la inspección técnica en los números de teléfono 93 739 91 91 y 97 249 29 12 o a través de nuestra web de cita previa.